martes, 1 de mayo de 2007

Cuento de dos

Este texto se lo dedico a mi primer y único amor, el que más me ha enseñado de la vida, el que es el mejor soporte de todos, el que se rie conmigo, el que festeja por mi, el que llora a mi lado y es mi pañuelo de lágrimas. Lo amo tanto que no me alcanzaría la vida para demostrar este amor infinito que solo nosotros sabemos cuan grande es.

Ya ha pasado más de un año desde entonces, un tiempo hermoso y ajeno a lo que esperaba, he recibido mucho más de lo que pude desear. No mentiré, no diré que han sido días de felicidad extrema e incontrolable, ya que muchas veces de eso ha faltado. Comprendí que lo amaba tiempo después de que empecé a hacerlo, era una necesidad desmesurada de tenerlo cerca, de engreírlo, consentirlo y mimarlo, una que me hacía tener miedo de perderlo y ganas de aprender mucho más de él y con él también.

Desde el principio fue complicado, no se decidía que tren tomaríamos y definiría nuestro futuro. Optamos por algo y creo que ahora estamos recibiendo las medallas honorables de dicha decisión. El 31 de octubre del 2005 estaba a su lado, él estaba conmigo y yo con él, mas nuestra mente solo nos podía ver como el amigo fiel y el mejor respaldo de todos (lo cual no ha cambiado en lo absoluto). Esa noche fue dulce el truco del destino, las estrellas cantaron y aparecieron unas mariposas que revoloteaban alrededor mío y hacían que mis ojos brillen al verlo.

Los días posteriores el panorama seguía nebuloso, la tormenta caía en ocasiones y mis ganas de seguir se evaporaban. El 4 de febrero del 2006 todo se esclareció, ya no llovía ni habían conflictos internos que hacían dar un paso al costado sobre todo este sentir. Por fin todo iría bien, por fin se definían sentimientos que vivían en un lugar desconocido en cada uno de nosotros.

Desde ese momento comprendí lo que era vivir tranquila, conocí mucho más de lo que pude ver en toda mi vida. Conjugué muchos verbos en mi cabeza que me hacían tenerlo presente, desde un profundo amar, hasta la calidez del besar y abrazar y lo hermoso del extrañar y recordar. Aprendí lo fuerte de decir "Te amo" y lo doloroso de un "Te extraño".

Hubieron lluvias pasajeras que hicieron más sólido el castillo que estaba construyendo a su lado, podía decir que lo amaba mirándolo a los ojos y sintiendo sus labios muy cerca a los míos. Jamás me cansaba de escucharlo ni de admirar en quienes nos estábamos convirtiendo gracias a cada paso que dábamos de la mano.

En el transcurso de este sueño las metas iban cambiando, las afinidades iban mejorando, los pasatiempos eran únicos y las risas también. Jugábamos en un mundo que no existía para el resto, mas si para nosotros. Fuimos felices y lo seguimos siendo y afortunadamente cada vez más, sobrellevando temores ajenos que puedan causar resagos futuros.

Es perfecto tenerlo a mi lado y haya aparecido en el momento y lugar indicado. Lo amo más que el primer día y así será siempre. Cumpliré la misión de verlo feliz así como estoy segura que él cumplirá la suya. En algún lugar del mundo... aún existe tu otra mitad... esto es lo bueno de amar sin reglas ni normas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

mi enana escribe hermoso! :D TE AMO DEMASIADO todo lo q expresas es demasiado cierto y de la mano, amandonos cuando estamos juntos y extrañandonos cuando tamos separados... seguiremos creciendo =)

Anónimo dijo...

Novia!!! que belleza de post!!! tan linda y enamorada!! le deseo siempre lo mejor!! besote!

Gabriel Floyd dijo...

Ohhhh siempre juntos en todo uno engorda y el otro tambien :p